Como cada año, al escuchar el sonar de las campanas que marcan el inicio de un nuevo año, la mayoría de los mexicanos comerán 12 uvas. Con cada uva pediremos un deseo o pensaremos en propósitos por alcanzar en 2020. Esta tradición, que en la actualidad es muy conocida y se lleva a cabo cada año en los hogares del país para despedir la noche vieja, tiene su origen el siglo XIX en España. Varias versiones nos remontan al siglo XIX La primera de ellas menciona que en 1909, hubo muy buena cosecha de uva y los agricultores de la comarca alicantina del Valle del Vinalopó aprovecharon para sacarlas al mercado bajo el nombre de las “uvas de la suerte”. De acuerdo con esta teoría, algún lugareño guardó, como singular y exquisito postre para la cena de Nochevieja, granos de uva suficientes como para que cada comensal los tomara cuando el reloj diera la medianoche. Por su parte, el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Uva Embolsada del Vinalopó señala que el
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